miércoles, 26 de febrero de 2014

El libro clave detrás del nihilismo de True Detective


El policial que emite la cadena HBO, y que va por la cuarta entrega, no para de cosechar seguidores. De culto y con un público masivo a la vez, fundamenta su éxito en varios elementos. Uno, sin duda, es el guión y el curioso mundo literario de su guionista.

Hay varios motivos que explican la solidez de True Detective (los actores, el director, la banda de sonido- a cada elemento se podría dedicar una nota, y múltiples medios lo han hecho) pero la base de su excelencia está en el guión. A diferencia de la mayoría de las series, está escrita íntegramente por una sola persona. Nada de comité. Esto se siente. Sí, reúne las virtudes de un buen drama y es un brillante ejemplar del policial negro, pero se siente que es una obra que vino de la imaginación de un autor.

El guionista se llama Nic Pizzolatto. Nació en 1975 en Nueva Orleans y descubrió la literatura tarde, cuando estaba en la universidad estatal de Louisiana, inicialmente siguiendo una carrera en las artes visuales. Tuvo una infancia difícil y tras irse de casa, a los 17 años, nunca volvió a ver a sus padres. Estudió también en la Universidad de Arkansas tiempo durante el cual publicó varios cuentos en prestigiosas revistas. Se publicaron luego en el libro Between Here and the Yellow Sea (2006). Su primera novela,Galveston(2010)-situada en un submundo criminal de Louisiana y la costa sureña de Texas- ganó el Prix du Premier Roman de la Academia Francesa (por mejor primer novela de un extranjero). Pizzolatto trabajó brevemente como profesor de literatura pero disgustado por el mundo académico se fue a California a probar suerte con la Televisión, pero como autor de su propia serie. Lo logró. Ahora volvamos a la serie.

Breve síntesis. True Detective es un relato doble. Por un lado es el cuento de dos policías en el estado sureño de Lousiana, en 1995, investigando un bizarro e siniestro asesinato con rasgos satánicos. La primera escena, en la cual los detectives observan el cadáver de una mujer atada a un árbol en una actitud de postración, con cuernos de ciervo atados a su cabeza y su cuerpo desnudo cubierto de símbolos esotéricos, es escalofriante y perturbadora. Esta sensación se irá profundizando con cada avance de la investigación. El segundo relato de la serie muestra a los mismos detectives, diecisiete años después, mientras son interrogados -por separado- por otros dos detectives, casi mudos, que fueron asignados para rever el caso (el cual, evidentemente, no fue cerrado prolijamente).

Esta descripción es la carcasa, el motor narrativo, y funciona a la perfección. El interrogatorio de 2012 no interrumpe la acción de 1995. Aunque son dos carriles narrativos, no son paralelos ni van separados; al contrario, son complementarios — se entrelazan para hacer avanzar la acción.

En el interior de esta carcasa están las palabras; y en particular las del detective Rustin Cohle (protagonizado por Matthew McConaughey). Cohle es un nihilista con una fría y precisa elocuencia. A través de la investigación con su compañero, el más sólido y convencional detective Martin Hart (protagonizado por Woody Harrelson) Cohle delinea su sombría visión existencial en floridos monólogos, los cuales Hart rechaza tanto por su oscuridad como por su expresión barroca.

Los críticos han comparado a True Detective con la obra de Cormac McCarthy y hay algo de eso, pero hay una fuente mucho más importante, según ha explicado Pizzolatti en una entrevista con el Wall Street Journal, y es la obra del poco conocido pero muy prestigioso escritor de terror (en la tradicción de H.P. Lovecraft) Thomas Ligotti (Detroit, 1953). En particular su libro de no ficción The Conspiracy against the Human Race (La conspiración contra la raza humana, 2010). Este largo ensayo filosófico sobre el horror de la existencia, el terror del vacío cósmico, y el sinsentido de la conciencia humana frente la eternidad de la muerte es un texto clave en la bibliografía no documentada de True Detective. Si han seguido asiduamente a Rustin Cohle, fascinado y tal vez desconcertado por su postura frente a la vida, el libro de Ligotti será una revelación. La conspiración contra la raza humana fácilmente podría estar en la mesa de luz de Cohle. De hecho, muchos de sus monólogos, por abierta admisión de Pizzolatto, son resúmenes de las declaraciones de Ligotti.

"Esto, (golpea un expediente de la investigación, lleno de fotos de mujeres asesinadas) de esto estoy hablando. Esto es lo que quiero decir cuando hablo de tiempo y muerte y de la futilidad. Hay ideas más amplias funcionando, principalmente lo que nos debemos entre nosotros, como una sociedad, para nuestras ilusiones mutuas. Después de catorce horas seguidas mirando estos cuerpos muertos, estas son las cosas en las cuales piensas. ¿Has hecho eso alguna vez? Los miras los ojos, aunque sea en una foto, no importa si están vivas o muertas, las podés leer de ambas maneras. ¿Y sabes lo que ves? Le dieron la bienvenida. No al principio, pero allí en el último instante hubo un alivio inconfundible. ¿Ves? Porque ellas tenían miedo y ahora vieron por primera vez cuan fácil era simplemente soltarse. En ese último nanosegundo, vieron lo que eran. Que tu, tu ser, se terminaba. Que todo el gran drama de la vida nunca fue más que un ensamble improvisado de presunciones y voluntad ciega. Y podías simplemente soltarlo. Finalmente saber que no tenias que agarrarte tan fuerte. Saber por fin que toda tu vida, todo tu amor, todo tu odio, toda tu memoria todo tu dolor, era todo la misma cosa. Era todo el mismo sueño, un sueño que tuviste dentro de un cuarto encerrado (señala su cabeza). Ese sueño sobre ser una persona. Y, después, como muchos sueños, hay un monstruo en su final."

Andrés Hax

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