domingo, 30 de octubre de 2011

Rant, de Chuck Palahniuk

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Según advierte el autor (¿?) en una nota introductoria Rant está escrito al estilo de las crónicas orales”. Se trata de una recopilación y montaje de información obtenida a través de entrevistas a varios personajes, con lo que la veracidad de lo que se cuenta es más que dudosa.

Partiendo de esta premisa, Rant (que en la edición española de Mondadori se subtitula innecesariamente “La vida de un asesino”) tiene una estructura similar a la de Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño.

De las declaraciones del primer entrevistado obtenemos información que nos es difícil asimilar y valorar: Buster “Rant” Casey está muerto; es el responsable de la propagación de una enfermedad altamente contagiosa que ha matado a miles de personas y ha trastocado el orden social, llevando incluso a la proclamación de la ley marcial indefinida en los EEUU; existe algo llamado “choquejuergas” en principio algo anecdótico, pero importante poco después. En las siguientes declaraciones un grupo de “choquejuerguistas” hablan sobre una visita nocturna a la zona rural donde creció Rant. Sin saberlo se nos anticipa información que en cierta manera explica todo lo que ocurrirá luego… aunque en realidad lo que se nos está planteando es la posibilidad de que todos los acontecimientos que se nos van a contar respecto a Rant estén contaminados por teorías conspiratorias y leyendas urbanas sin fundamento, encaminadas a la deificación de su figura.

Pero en estas primeras páginas aún no sabemos nada, aún no entendemos nada. No comprendemos el fundamento de las choquejuergas, en una de las cuales, envuelto en llamas, al parecer murió Rant, ni tampoco el significado de esas lunas y soles que acompañan a los nombres de los entrevistados, ni sobre la misteriosa enfermedad que diezma a la población y que muchos enarbolan como insignia de rebelión. La novela, en sus primeras páginas, está envuelta en un misterio del que, al parecer, no se debe hablar. Palahniuk recupera en Rant el espíritu de El club de la lucha.

De esta forma, aunque de manera insatisfactoria, se cumple la igualdad:

Rant = Los detectives salvajes + El club de la lucha

Pero no podemos negar que hay ecos de Ballard, ni resonancias a Días extraños de Kathryn Bigelow, influencia de P. K. Dick (claro, es imposible ya escribir sin tener a Dick de referente), extrañas concomitancias con 12 monos, hasta incluso una revisión del mito de Edipo. Tantas referencias y conexiones pueden hacernos pensar en Rant como en un pastiche de ideas adquiridas y acumuladas de cualquier forma. Pero Palahniuk logra zafarse de la referencia y el homenaje, sin por ello renegar de las influencias, creando una obra original gracias a su personal estilo

Rant viene a confirmar la actual tendencia de hibridación de géneros (obviarla y optar por el realismo es, a mi parecer un grave error) y coloca un relato de ciencia-ficción, aunque en principio no lo parezca, entre aquellas obras que los amantes de las catalogaciones consideran “serias”.

(Tan serias como Ada o el ardor, Contraluz, El fondo del cielo…)
Tal vez esta tendencia que tiene Palahniuk en desmarcarse del realismo y recurrir a lo que tradicionalmente se consideran géneros menores, hace que no sea uno de los escritores más destacados desde una perspectiva “literaria” en el panorama narrativo estadounidense. Pero no se puede negar que es uno de los más certeros al describir, de una forma alegórica si se quiere, la quiebra del capitalismo consumista. Y de los más críticos respecto a las tibias protestas contra el sistema. La tesis que puede obtenerse de las novelas de Palahniuk es que la única reacción posible es un nihilismo atroz. Pero un nihilismo fruto también, y por tanto contradictorio, del sistema capitalista. Un nihilismo destructivo y egoísta que no busca derribar los cimientos de la sociedad como principio de la (re)creación de un estado social mejor, sino como enseña del individualismo y, por tanto, materialista y asocial. 

Demos la bienvenida al Radicalismo solipsista (término que, siendo consecuente, voy a registrar como creación personal)

Rant puede parecer una obra menor, es una novela de género y es, además, divertida. Tal vez su subversión sea nominal, un simple, aunque aterrador, juego literario. Pero, y ocurre con todas las novelas de Palahniuk deja en el lector una serie de imágenes e ideas difíciles de olvidar. Creo que sólo por eso merece la pena.

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